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Mazal no significa “suerte”


Página 2:b - “la persona que cuenta con suerte…”.


Nuestra suguiá nos explica que el término neguijá alude a un toro que cornea a un ser humano, mientras que neguifá se refiere a uno que cornea a otro animal.


Esto se debe a que es más fácil cornear a un animal que a un ser humano, pues el ser humano se halla protegido por un mazal especial (privilegio del que el animal no goza).


¿Qué quiere decir “mazal”? De las palabras de Rashí (Shabat, 53:b y Meguilá 3:a) aprendemos que para cada persona hay un ángel que se ocupa de él y que lo protege de toda clase de peligros. Y esto es a lo que la guemará llama ‘mazal’. El Rambán, en cambio, dice que el mazal no son sino los astros; sólo que hay que saber que cada astro tiene su propio ángel específico que se encarga de él.


Origen del término mazal: El Zohar Hakadosh explica (Vayerá 115:a) que el término mazal se construye con la raíz yizal (derramar o verter), lo que se refiere a la abundancia con la que D-os beneficia a la persona y que pasa a través de los mazalot. Esta idea de que cada quien cuenta con un mazal que le protege, tiene una interesante repercusión halájica, y que los Tosafot citan (Julin 42:b) diciéndonos que hay enfermedades que si se presentan en un animal (como ser cuando la membrana cerebral se perfora) lo declaramos como terefá, mientras que cuando el hombre las padece no lo consideramos como tal. Y esto se debe a que el hombre cuenta con un mazal que se ocupa de protegerlo, por lo que no muere tan fácilmente como un animal.


También el césped tiene su mazal: Rabí Tsadok Hacohen Milublin Zts”l (Sijat Malajé Hasharet, 84) cuestiona lo dicho en nuestra guemará, apoyándose en lo que menciona el Midrash Rabá (Bereshit, Parashá-10) de que cada hierba tiene su mazal (hay quien leen maláj, ángel), que le ordena: ¡crece!. De este midrash aparentemente podemos deducir que no existe diferencia entre el ser humano y las demás seres, y que cada criatura y criatura tiene un mazal que la protege. No obstante, Rabí Tsadok explica que hay dos niveles en el mazal. Los vegetales y el reino animal fueron bendecidos con un mazal, cuyo propósito es preocuparse de que crezcan de acuerdo a su naturaleza. Sin embargo, este mazal no los protege de eventos infrecuentes que les pueda ocurrir. El mazal del hombre, en cambio, también a veces le protege de situaciones de peligro.


El mazal no es ciego: El Gaón Rabí Eliyahu Dessler zts”l explica (Mijtav Meeliyahu, cuarta parte, bejirá umazal, 10) que la clase de mazal que a cada uno se le asigna no es fortuita. Es decir, que no es casualidad que una persona tenga “buena suerte” y la otra “mala suerte”. Sino que la raíz de este mazal (suerte) está enraizada en el hecho de que cada persona tiene una meta en este mundo, la labor de revelar el honor de Hashem en ciertos ámbitos. Y el papel de una persona jamás se compara al de la otra.


Es debido a estas diferencias que a cierta persona le fue decretado una determinada combinación específica de condiciones, pues a través de las mismas será capaz de plasmar su objetivo en este mundo.


Por lo tanto, es posible que el objetivo de una persona sea santificar el Nombre de D-os en un marco de pobreza,mientras que el objetivo de su compañero sea precisamente lo opuesto, es decir,santificar el Nombre de D-os en un marco de riqueza.

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