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Ira y arrogancia, según el Talmud

Nuestros antepasados también erraron, y fueron castigados. Qué dice la Guemará sobre la ira y la arrogancia?




En Pesajin 66, la Guemará nos enseña que:



DEL ESTUDIOSO DE TORÁ QUE ACTÚA EN FORMA ARROGANTE:

Su sabiduría se aparta de él. Como Hillel, que regañó a sus alumnos, y luego comenzó a olvidarse la halajá.


DEL PROFETA QUE ACTÚA EN FORMA ARROGANTE:

Su profecía se aparta de él. Como Deborah, que dijo “¡Cesaron los aldeanos en Israel, hasta que yo, Deborah, me puse en pie, madre en Israel!” (Jueces 5:7), y por sus palabras de auto-glorificación, luego fue castigada con la pérdida de su espíritu profético y tuvieron que decirle “Despierta Deborah, pronuncia un cántico” (Jueces 5:12)


DEL ESTUDIOSO DE TORÁ QUE SE ENOJA:

Su sabiduría se aparta de él. Como Moshe Rabeinu, que se indignó contra los oficiales del ejército que volvían de la guerra (Números 31:14) y luego fue Eleazar el que explicó la ley a los soldados (Números 31:21), porque la ley había sido ocultada de Moshe.


DEL PROFETA QUE SE ENOJA:

Su profecía se aparta de él.

Como Elisha, que se enojó con el Rey de Israel y dijo “Si no fuera por respeto a la presencia del Rey de Judá, ni te miraría” (II Reyes 3:14) y luego hubo que traer a un juglar (3:15) para que Elisha recuperara su espíritu profético.


QUIEN FUE DADA GRANDEZA Y LUEGO ACTUÓ CON IRA:

Su grandeza desaparece.

Como Eliab, hermano mayor del Rey David, que se enojó con este (I Samuel 17:28) y por eso aunque Dios Bendito lo amaba y le había dado grandeza, dijo “lo he rechazado” (16:7) y no fue elegido Rey.

¿Y tú? ¿Has lidiado con la ira o la arrogancia? ¿De quiénes has aprendido a lidiar con tus reacciones erradas?

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