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¡FINAL NO APTA PARA CARDIACOS!


La locura se apodera del estadio. Empujones. Gritos. El árbitro es rodeado por todos los jugadores.


Falta un segundo para que termine la gran final de basketball. Maccabi Tel Aviv acaba de lanzar un tiro perfecto. El público expectante sigue la trayectoria del balón. Suena el pitido final… ¡pero el balón ha entrado! La locura se apodera del estadio. Empujones. Gritos. El árbitro es rodeado por todos los jugadores.


¿Quién ganó? Quizá la Guemará tenga la respuesta. Sí, también aquí.


El código de leyes de la Torá habla muchas formas de realizar adquisiciones de objetos. Una de ellas se llama “kinián jatzer” (lit: ‘toma de propiedad por medio de un patio’). Este acto de adquisición funciona así: si David le quiere regalar o vender algo a Michel, es suficiente que deje el objeto en el suelo de una casa o terreno de este, y mediante esa acción el objeto pasa a ser automáticamente de Michel.


¿Pero qué tiene que ver esto con la gran final de basketball? Allí precisamente vamos:


En el Tratado de Baba Metzía 12b, Rashi dice que si Rubén lanza cierto objeto dentro del patio de Simón con el fin de regalárselo o vendérselo, y, de pronto, después de que el objeto ya penetró en el “aire” del patio, otra persona que está afuera estira la mano y lo atrapa en el aire antes de que toque el suelo, incluso en ese caso el objeto pasará a ser propiedad de Simón.


Aquí vemos algo interesante: aunque el objeto nunca alcanzó a aterrizar en el suelo del patio, en el preciso instante en que entró al “espacio aéreo” del lugar se considera como si ya ha tocado su suelo, y, por lo tanto, incluso antes de haber aterrizado ya se lo considera propiedad del dueño del patio.


Podemos aplicar la misma idea al caso de la gran final de basketball: aunque el silbato sonó después del final del partido, el balón estaba a punto de entrar en la cesta, y, consecuentemente, ¡ya desde ese momento en que iba a entrar podemos considerarlo como si ha entrado en ella… ¡y por lo tanto Maccabi Tel Aviv gana!


Pero al fin y al cabo el basquetball tiene sus propias reglas y los juegos funcionan muy bien sin recurrir a la sabiduría del Talmud ni al “kinián jatzer”.


Sin embargo, el Talmud dedica centenares de hojas a las repercusiones de esta interesante forma de adquirir objetos, ya sea en lo que respecta a bodas y divorcios, leyes de Shabat, robos, hallazgos, etc.


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No te pierdas la respuesta a esta pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez en nuestras vidas:


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