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Cría de cabras en la tierra de Israel


Página 79:b - “no se cría ganado menor (cabras, ovejas, etc.) en la tierra de Israel”.


Muchos son los decretos y costumbres que jazal nos enseñaron para quienes viven en la tierra de Israel. Entre ellos se cuenta lo dicho en nuestra mishná: "no se crían ganado menor (cabras, ovejas, etc.) en Erets Israel". Rashi, explicando este decreto, nos dice que el problemas con éstos animales es que acostumbran a consumir todo el verde del campo, por lo que a fin de las cosechas y los plantíos de Israel no acaben siendo arrasados, jajamím prohibieron criar estos animales en Israel. Los grandes poseif katánim discutieron la intención detrás de este razonamiento, la que tiene repercusiones muy actuales.


Cría de cabras en la tierra de Israel durante períodos de exilio: Según el Kaftor Vaperaj (Perek 10, behemá daká), este decreto fue promulgado por jajamím como parte de la mitsvá de asentarse en la tierra de Israel. Debido a esto, el Kaftor Vaperaj dictaminó que tras la expulsión de los judíos de la tierra de Israel, incluso si la mayoría de sus habitantes no fueran judíos, seguirá estando prohibido criar estos animales. Y la razón es que la mitzvá de asentarnos en la tierra de Israel tiene un carácter perpetuo y rige en todo momento.


El Gaón (Joshen Mishpat, 409, seif katán-1), en cambio, explica de otra forma a Rashi, ydice que su intención era decir que puesto que la mayoría de los terrenos en Erets Israel en los tiempos que los judíos la habitaban estaban en manos judías, jajamím decretaron que no se criara esta clase animales, porque la mayoría de los daños se producirían en terrenos de judíos. Y, por lo tanto, en caso que la mayoría de los terrenos no esté en manos de judíos, sí estará permitido criar estos animales en Israel. Cría de cabras en la actualidad: En nuestros días, en que la mayoría de los terrenos están en manos de judíos, hay dos poseif katánim que discuten si esta prohibición sigue siendo válida o no.


El Gaón Rabí Tsevi Pessaj Frank zts”l (Hagahot la’Tur, 409) dictaminó permitirlo,basándose en su innovación (jidush) de que con el curso de los años, cuando los judíos vivían fuera de sus tierras, el decreto acabó anulándose por sí mismo. Y, por lo tanto, mientras jajamím no lo renueven, el decreto no tendrá fuerza (ver allí cómo basa su opinión en un Yerushalmi).El Gaón Rabí Shelomó Vosner Shlita (Shevet Halevy, cuarta parte, 227), en cambio, escribe que puesto que jajamím establecieron su decreto por temor a que los terrenos delos judíos vayan a ser arrasado, habrá pues que investigar cuál es el origen de este permiso de criar esta clase de animales en Israel, en tiempos donde las mayoría delos terrenos están en manos de judíos, como ocurre en nuestros días.


Rabí Eliézer Waldenberg zts”l (Shut Tsits Eliézer, séptima parte, 24) debate largamente el asunto, citando varias fuentes para permitir criar hoy estos animales en Erets Israel. Uno de sus argumentos es que los lugares que fueron construidos para vivir, fueron planificados en forma ordenada, tomándose en cuenta el perfil agrícola del lugar y estableciéndose las clase de animales que van a ser criados en el sitio. En consecuencia, en estas aldeas estará permitido criar estos animales,pues los participantes o los habitantes de las mismas estaban conscientes de este hecho desde un principio, y los dueños de los campos se perdonan mutuamente cuando alguno de estos animales les daña la cosecha. Lo mismo se aplica a las aldeas situadas en los alrededores, las que antes de establecerse sabían en qué zona lo estaban haciendo. En tiempos antiguos, en cambio, cuando no existía una planificación general del país y cada quien actuaba en forma independiente, jajamím vieron que era necesario decretar esta prohibición de criar ganado menor (ovejas, cabras), para que no dañen los terrenos en la tierra de Israel.


Hay que señalar también la opinión del Ramáa Mi’Pano (Shut, 85), quien dice que jajamím establecieron esta prohibición sólo para áreas abiertas. Sin embargo,nunca prohibieron criar ganado menor en sitios cerrados, donde su dueño puede alimentarlo directamente y no hay que temer que vaya a dañar otros terrenos. Por lo tanto, si seguimos su razonamiento, en la actualidad que los animales se crían en corrales, no rige ninguna prohibición. No obstante, los poseif katánim que citamos anteriormente discuten, ya que opinan que la prohibición fue general y no únicamente para terrenos abiertos.

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