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Reverencia por los talmidé jajamím


Página 41:b - "hasta que llegó Rabí Akivá".


Nuestra guemará nos cita a Rabí Akivá, quien del versículo, "y a Hashem tu Dios temerás" (Devarim, 6-13), deduce que hay que temer y reverenciar a los talmidé jajamím.


Los Tosafot explican que esto viene a añadirnos la reverencia natural que uno debe sentir tanto por quien le enseñó lo fundamental de la Torá que sabe (rabó muvhak), como por cualquiera de los grandes de su generación, con quienes debe comportarse como si fueran sus maestros personales (Ramá, Yoré Deá, 234-10). Ya que del otro versículo –"te levantarás y te pararás [delante de un anciano] sabio" (Vayikrá, 19:32)– aprendemos que hay que honrar a todos los talmidé jajamím sin excepción.


Las diferencias entre los honores que uno debe mostrar por su Rav y los que debe mostrar por todo talmid jajám se expresan en muchas halajot por ejemplo, la obligación de levantarse ante su Rav muvhak incluso que lo vea a distancia, mientras que si es otro talmid jajám, sólo deberá hacer cuando éste se encuentre cerca suyo (cuatro amot) (Shuljan Aruj, Yoré Deá, 242:9).


Asimismo, quien hace keriá por el fallecimiento de un talmid jajám tiene permiso de volver a coser la prenda el día siguiente; en cambio, quien hace la keriá por su Rav muvhak tiene totalmente prohibido volver a coserla (Shuljan Aruj, Yoré Deá, 340:17). También en los dinim de avedá (lit: objeto perdido) se manifiesta esta diferencia (Shuljan Aruj, Joshen Mishpat, 264:2): "quien halla un objeto que perdió su Rav y otro que perdió su padre, en primer lugar debe ocuparse del que perdió su padre. Sin embargo, si encontró un objeto que perdió su padre y otro que perdió su Rav muvhak, primero debe ocuparse de la pérdida de su Rav muvhak.


El Terumat Hadeshen (138) dictamina que un Gadol Hador tiene el mismo status que un Rav muvhak, como lo indica el Jidá (Medaber Kadmut, maarejet hamem, ot 7), quien explica que en el alma del Gadol Hador reside una chispa del alma del mismo Moshé Rabenu alav hashalom, lo que hace que su status sea extremadamente elevado.


El Rav de Brisk zts”l (Jidushé Hagriz al HaRámbam, hiljot talmud torá, 5:11) define la diferencia fundamental que existe entre el honor a un talmid jajám y el honor a un Rav muvhak: El Rámbam establece lo siguiente (Ibíd.): "el Rav muvhak que quiere perdonar su honor (es decir, ceder al honor que le corresponde)…tiene permiso de hacerlo". De aquí vemos que exclusivamente el Rav muvhak está autorizado a renunciar a sus honores, lo que no va a ser así en el caso de cualquier otro talmid jajam ¿Y cuáles es la razón? El Rab de Brisk explica que, en realidad, la mitsvá de honrar a lostalmidé jajamím no consiste en una obligación hacia ellos en sí, sino al respeto que les corresponde por su gran dedicación y esfuerzo en el estudio de nuestra sagrada Torá.


En cambio, el deber de respetar a nuestro Rav muvhak, aquel que nos enseñó Torá, es una obligación de índole personal, debido a que el alumno tiene una deuda personal con el Rav que le ha enseñado. Por lo tanto, únicamente este honor suplementario que el Rav muvhak se ha "ganado" es el que tiene permiso de ceder. Ya que, como dijimos, esta deber surge de una deuda personal que el alumno tiene con su Rab. De todas formas, lehalajá fue establecido que incluso un Rav que no sea quien le enseñó Torá a cierta persona, podrá ceder su honor frente a ésta (Shuljan Aruj, 244:14,y Kesef Mishné, Ibíd.).

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