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¿Puede una persona “robar” un objeto que le pertenece?


Página 27:B - “dijo Ben Bag Bag:’no penetres en el territorio de tú compañero sin permiso, incluso que sea para tomar lo tuyo”.


Los emoraim de nuestra suguiá discreparon acerca del caso de una persona que perdió un objeto que más tarde ve en la casa de su compañero, si es que tiene permiso de entrar y tomarlo (es decir, sin antes pasar por la corte). Lehalajá, el Shuljan Aruj (Ohr HaJaiim, 4:1) decide que está permitido.


Los rishonim cuestionan nuestra suguiá, basándose en lo que nos cuenta el Masejet Berajot (5:b) acerca de la posición de Rav Huna cuando se le avinagraron 400 barriles de vino. Jajamím le dijeron que esto era un castigo por no darle a su aparcero (sociolabrador) su parte en las hojas de viña como habían acordado. Jajamím le aclararon que si bien es cierto que el aparcero no había cumplido su parte en el acuerdo, de todos modos Rav Huna no tenía permiso de impedirle llevárselas. Aquí vemos claro, pues, que la persona tiene prohibido de ir él mismo a cobrarse lo que se le debe, lo cual deberá reclamar delante del tribunal.


Por lo tanto, nos explica el Mordeji, sólo en el caso de un objeto robado es que uno puede ir y tomarlo sin pasar por tribunales. Pero no si se trata del cobro de una deuda. Y la razón es que cuando una persona toma dinero u otro objeto a cambio de algo que le fue tomado, hay que sospechar que no va a ser muy preciso en tomar algo que sea del mismo valor exacto, de lo que resulta que quizá esté llevándose más de lo que le deben. Y así decidió el Shoel Umeshiv en un interesante caso que le fue presentado.


Comercio de papas: En los días del Gaón Shoel Umeshiv (Shut, tercera edición, 371) un grupo de judíos había montado un comercio de papas. Cada socio llevaba papas del negocio, las vendía a distintos comerciantes, y luego repartían beneficios.


Un día uno de ellos descubrió que otro de los socios le engañaba y que no le pasaba las ganancias que le correspondían. Éste, pues, quiso hacer lo mismo y cobrarse “discretamente” lo que le tocaba. El Shoel Umeshiv dictaminó que si bien es cierto que las personas no pueden ir y tomar un utensilio para cobrarse un objeto que les deben, en este caso, sin embargo, no tenemos temor que cuando tome el dinero la persona se equivoque, ya que aquí hablamos de cantidades monetarias solamente.


En cambio, el Rav Pealim (Shut, Joshen Mishpat, tercera parte-5) opina que si esta persona tiene la posibilidad de cobrar su dinero pasando antes por el tribunal, es mejor que lo haga. De este modo contemplamos también lo que dice Ben Bag Bag en nuestra suguiá, de modo que la persona no parezca un ladrón; siendo que es preferible romperle los dientes y decirle “¡estoy tomando lo mío!”, antes que parecer un ladrón (ver Tosafot, dibur hamatjil, “ela shevor”). Y asimismo lo establece Rabenu Yona (citado en Shaar Hamispat, 348), quien dice que una persona tiene prohibido tomar sus propios objetos si es que va a parecer que al hacerlo está robando, por la impresión equivocada que esto por puede causar en quienes lo ven.


Es apropiado mencionar la opinión única del Rif (Shut, 133), quien opina que esta prohibición no es únicamente por mareit haayin, sino que mideoraytá.

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