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¿Qué hay de malo en un perro "bueno"?


Página 15:b - "¿de dónde sabemos que no se debe tener un perro malo en la casa?"


Hemos concluido a partir de nuestra suguiá, que quien tiene un perro malo en su casa transgrede el precepto negativo de "y no tendrás algo peligroso (damim, sangre) en tu casa" (Devarim, 22:8).


Un perro es "malo" cuando acostumbra a ladrar, incluso que no muerda, pues asusta a quienes pasan cerca (Yam Shel Shelomó 7:45, Shuljan Aruj Harav, hiljot shemirat guf venefesh, 3). Y en las palabras del Yam Shel Shelomo: "un perro que ladra a gente que no conoce, aunque no muerda podemos calificarlo de malo". Si alguien tiene un perro de tales características y no quiere transgredir lo dicho en la Torá, debe tenerlo continuamente bien amarrado (Shuljan Aruj, Ibíd.). Los poskim añaden que colocarle un bozal tampoco basta, ya que mientras esté suelto seguirá atemorizando a quienes estén cerca, y, por lo tanto, seguirá cayendo dentro de la categoría de "malo". Lo dicho es en el caso que el perro únicamente ladre. Pero cuando se trata de un perro que muerde, la única solución es matarlo (según Rashi en nuestra suguiá).


"Cuidado con el perro": El Meshané Halajot (quinto volumen, 297) discute si para no transgredir la prohibición bastaría colocar un cartel que diga "cuidado con el perro". A primera vista diríamos que esto no es de ayuda, pues aquel que no preste atención al cartel igual acabará asustándose. No obstante, el Meshané Halajot encuentra que al igual que las personas toman precauciones con ciertos artefactos eléctricos o medicamentos que pueden ser peligrosos, lo que hacen porque tienen en cuenta las instrucciones de uso y/o de las advertencias que trae el manual o la receta (pues cualquiera que tenga sentido común tendrá en cuenta lo que tiene escrito delante suyo) igual será en nuestro caso del perro. Y, por lo tanto, podríamos decir que las personas sí van a ver lo que dice el cartel.


Perro guardián: El Shuljan Aruj (Ibíd.) dictamina que en sitios en donde los judíos necesitan protegerse por temor a que goyim vengan a robarles o dañarlos, quienes tienen perro pueden liberarlos por la noche.


Los perros europeos son más domesticables: En la isla de G’erba surgió una fuerte polémica a causa de un perro. Uno de los habitantes de un inmueble adquirió un ejemplar tan temible, que quien lo veía se sentía espantado. Un día y para sorpresa de los vecinos, el dueño del perro lo desató y lo dejó pasearse por el patio del lugar, argumentando que lo hacía para protegerse de ladrones.


Los habitantes del inmueble se dirigieron al Shoel Venisheal, quejándose de que sus familiares e invitados no querían entrar al sitio por miedo al animal. Éste respondió (Shut Joshen Mishpat, primera parte, 32) que los habitantes del inmueble tiene razón, ya que el Shuljan Aruj (Joshen Mishpat, 161:5) establece que cualquiera de los socios de un patio puede oponerse a que otro meta animales o gallos en el patio; con más razón,pues, que los vecinos del inmueble pueden impedir que un perro peligroso sea introducido. Es interesante mencionar que, en su respuesta, el autor se refiere a la violencia específica que muestran los perros de su isla, en comparación a la"educación" que se ve en los perros europeos, los que no ladran ni muerden, y están domesticados más a "a la europea”…


Y para terminar, sería adecuado citar lo dicho por el Maharshá (Shabat 63:a), quien escribe que aunque está permitido tener un perro manso, de todos modos hay que controlar que su presencia no impida la entrada de los pobres. Ya que quien desconoce el carácter del perro e ignora si es peligroso o no, probablemente no entre allí. Y, de este modo, por el simple hecho de tener un perro, el dueño de la casa se pierde la oportunidad de hacer tsedaká con los pobres.

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