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Horneado de dulces con detergente en polvo


Página 9:b - “si le pasó un fuego encendido, es responsable”.


Está claro a partir de nuestra suguiá que cuando una persona enciende fuego, es responsable por los daños causados por el mismo (y así es como queda la halajá), incluso que se lo haya confiado a un menor de edad que lo transporta a otro sitio y únicamente allí se produce el daño.


La guemará (18:a) añade que quien enciende un fuego también es responsable si éste fue arrastrado/trasladado por un perro.


Esto se debe a que la responsabilidad de la persona sobre el fuego que encendió no “caduca” hasta que lo deje al cuidado de una persona adulta y normal. Y así queda dictaminado en el Shuljan Aruj (Joshen Mishpat, 418:7).


Esta halajá sirvió como base para dos problemas ocurridos hace muchos años, que a primera vista aparentan ser idénticos, y que los poskim con su gran inteligencia identificaron una sutil distinción entre ellos. Por lo tanto, como veremos, el autor del daño del primer caso fue considerado responsable de pagar las consecuencias de lo ocurrido, mientras que el autor del segundo fue encontrado exento de toda responsabilidad.


Shojet que vendió carne taref: Un shojet de una pequeña aldea de Argelia le hizo shejitá a un animal y le vendió su carne a un judío local. Pasaron unos días y se descubrió que este shojet no había verificado apropiadamente los pulmones. Un examen de los mismos mostró que se trataba de una terefá, por lo que ahora estaba prohibido comer de su carne. Pero hasta que todo esto se esclareció, el comprador ya había repartido la carne a sus amigos en honor de la festividad de Pesaj. Cuando esto se descubrió, la carne ya había sido utilizada para preparar los platillos de la noche del séder (obviamente, ya nadie iba a poder comer de ellos). Como era previsible, al acabar la festividad los judíos de la pequeña aldea se presentaron delante del Bet din de Rabí Yehudá ben Yitsjak Ayiash (fallecido en el año 5520), exigiendo que el shojet los indemnizara (Shut Bet Yehuda, Yoré Deá 44; ver allí cuál fue la decisión de este Rab).


Otro caso, mucho más raro, ocurrió, cuando una mujer horneó una gran cantidad de dulces para la celebración de una boda. Cuando éstos salieron del horno,desprendían un conocido olor a cierto producto de limpieza. Tras averiguaciones se aclaró que el vendedor le había vendido a la mujer detergente en lugar de polvo para cocción... también en este caso la mujer y su familia le exigieron al vendedor que les pague todo lo que perdieron a causa de su negligencia.


Los casos se ven semejantes, y probablemente diríamos que si el shojet es responsable de pagar, también habrá que considerar responsable al vendedor por el daño que le causó a esa mujer. No obstante, el Maharshám (Shut, quinta parte, 11) encontró una diferencia entre los casos: en situaciones como la del primer caso quizá el shojet sea responsable y deba pagar por las pérdidas; en situaciones semejantes al caso de la mujer y el detergente, en cambio, el responsable del daño estará exento de pagar. Y la razón es la siguiente: la gente que recibió la carne después de que el animal fue sacrificado no tenía cómo saber que ésta no era kasher. Por lo tanto, el caso se asemeja al de alguien que le confía un fuego a un menor de edad, quien deberá pagar los daños y responsabilizarse por las consecuencias; asimismo este shojet deberá pagar por las pérdidas y los daños causados por la carne que vendió.


En cambio, nadie discute el hecho de que el olor del detergente es diferente al olor de un polvo de cocción. Por lo tanto, no se puede comparar a esta mujer con un menor de edad al que le fue confiado un fuego, debido a que estaba dentro de las posibilidades de ésta poner atención y notar que lo que tiene en sus manos es detergente. En consecuencia, el vendedor se asemeja a una persona que le confió un fuego a alguien dotado de plenas facultades mentales, donde, seguramente, quien entregó el fuego no tiene ninguna responsabilidad. (Hay que añadir lo siguiente:1. en un caso que el shojet o el vendedor hayan entregado la mercancía adrede,son responsables por dina de’garmi. 2. La opinión del Netivot (234) y otros ajaronim es que también en el caso del shojet, si es que no lo hizo con intención [es decir, no sabía que vendía carne terefá], también quedará exento de toda responsabilidad).

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