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Experimentos médicos con conejos de laboratorio


Página 82:a - "¡y ellos no fueron creados más que para servirme!".


Nuestra Mishná cita lo dicho por los tanaim, quienes explican que lo que gana una persona no es en proporción a su trabajo o esfuerzos, sino según sus méritos. Rabí Shimeón ben Elazar halló una prueba lógica para enfatizar esta idea, diciendo así: “¿Has visto algún animal o ave que trabaje? ¡Ellos se alimentan sin sufrimientos! ¡Pero también es cierto que ellos fueron creados para servirme! Y, a su vez, yo fui creado para servir al Creador. ¿No sería entonces lógico que pudiera ganarme la vida naturalmente? Por lo tanto, siendo que esto no es lógico, estamos forzados a concluir que la razón de que así sean las cosas es porque no me he comportado como es debido. Y, por lo tanto, deberé ganarme el sustento con sufrimiento.” Este argumento le sirvió al Terumat Hadeshen como prueba para resolver un interesante problema que le fue planteado.


La shejitá se lleva a cabo en el cuello del animal: Según la mayoría de los poskim, la prohibición de causarle sufrimiento a un animal (tsaar baalé jayim) es mideorayta (ver Baba Metzía, 32-33 y Sedé Jemed letra tsadi, kelal-1). Asimismo el Jinuj (mitsvá 451) escribe que para no causar sufrimientos innecesarios al animal, la Torá nos ordenó verificar la agudeza del filo del cuchillo, y sacrificar al animal por el cuello.


Quitar el rabo de un perro: Los poskim debaten largamente acerca de casos en que se hace sufrir a animales para satisfacer necesidades del hombre. El Terumat Hadeshen (segunda parte, 105) ofrece varios ejemplos, entre los que menciona algunos que son exclusivamente para el disfrute del hombre (como la costumbre de acortar el rabo del perro para “embellecerlo) y otros que son para el uso corriente del hombre (como arrancar la plumas de las aves).


Acolchados o plumones rellenos con pluma de ave: Como bien saben los entendidos, las mejores plumas son las arrancadas del ave mientras todavía está con vida, ya que las que caen solas están algo secas y no duran tanto. Las arrancadas mientras las aves están todavía vivas, en cambio, se conservan mucho más y son de mayor calidad. Sin embargo, esto provoca que las aves experimenten mucho dolor y sufran hemorragias. Y, por lo tanto, la pregunta aquí es si está prohibido arrancar plumas de las aves mientras todavía están con vida. El Terumat Hadeshen respondió que no hay ninguna prohibición el hacerlo, lo que aprende de lo dicho por Rabí Shimeón ben Elazar en nuestra suguiá de que los animales “fueron creados para servirme”. No obstante, enfatiza que de todos modos bené Israel deben procurar no causarle sufrimiento a las aves, para alejarse de la crueldad.


Administrar medicamentos experimentales a un animal: A pesar de lo dicho, todos los poskim están de acuerdo en que no existe ninguna prohibición de realizar experimentos sobre animales con fines médicos. Y no hay ninguna razón de abstenerse de realizarlos, ya que los animales fueron creados para servir al hombre, como dijimos, y no existe necesidad mayor que ésta. El Shevut Yaakov (Shut tercer volumen, 71) indica igualmente que el suministro de medicamentos experimentales a animales no guarda ninguna semejanza con la práctica de arrancar las plumas de las aves, donde la persona las hace sufrir directamente con sus manos. En cambio, cuando se le suministran medicamentos a animales, no se les causa un sufrimiento directo, el que se manifestará como un efecto que produce la sustancia administrada.


Conejos de laboratorio: Un médico yeré shamayim, Dr. Silverstone, desarrolló un nuevo método para el diagnóstico de cierta enfermedad de la vista. Para completar la investigación, el médico necesitaba inyectar una substancia a conejos, tras lo cual debía matarlos para comprobar el efecto del tratamiento sobre los ojos de los animales. El médico, quien tenía dudas de si estaba permitido matar conejos por la prohibición de tsaar baalé jayim, presentó sus dudas delante del Gaón Rabí Eliezer Valdenberg Zts”l.


El autor del Tsits Eliézer (volumen 14, 68) respondió que según el din está permitido realizar experimentos sobre animales, incluso que esto les cause sufrimientos. Y sobretodo en este caso, donde al final se los mata, lo que les evita más sufrimientos. En otras palabras: en nuestro caso existe una razón adicional para permitirlo, ya que la prohibición de causar sufrimientos a los animales se refiere únicamente a no causarles sufrimientos mientras todavía están vivos, pero no de matarlos (Nodá Bihuda, mahadura Kama, YO”D, 83).

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