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Títulos (de honor) de talmidé jajamím


Página 57:a - “temerás a Hashem tu D-os: esto también incluye a los talmidé jajamim”.


Nuestra suguiá nos cuenta que en el bet hamidrash de Shimeón ha’amsuni, investigaban (dorshim) cada aparición del vocablo את en la Torá. Y cuando llegaron al versículo (Devarim 6:13), “y temerás a Hashem tu D-os”, Shimeón ha’amsuni se abstuvo de investigar este (את). Pues si la Torá escribe את ello significa añadir algo. Y, según su opinión, no hay que temer a nadie fuera de D-os. Pero Rabí Akiva vino y a partir de esta palabra dedujo que también se debe temer a los talmidé jajamim.


El Zohar Hakadosh (Parashat Bo, 38) comenta que el versículo, “tres veces al año se mostrarán todos los hombres varones et pené ha’adon Hashem, “delante del señor Hashem”, ¡alude a Rabí Shimeón Bar Yojai! Aparentemente esto se nos presenta como algo hermético e incomprensible: ¿cómo es posible que los alumnos de Rabí Shimeón Bar Yojai hayan tomado un versículo que se refiere a Hashem y se lo atribuyan a su Rab? Pero el Yaabets (citado por el Jidá en Nitsotsé Orot, en su comentario al Zohar) explica este pasaje y menciona nuestra suguiá, donde, como vimos, está dicho que el honor de un talmid jajam es comparable al mismo honor de D-os.Por lo tanto, tal como hay que honrar a Hashem subiendo a Yerushalayim a fin de presentarse delante de Él así también debemos ir a visitar a los talmidé jajamim,como vemos en el caso de Rabí Shimeón Bar Yojai.


Esta opinión del Yaabets (Sheelat Yaabets, 1:170), de que no hay que utilizar los “títulos de honor” empleados para Hashem a fin de honrar a personas, lo deja de manifiesto en su virulenta oposición a los devotos seguidores del Gaón Rabí Eliézer Rokeaj, quienes cuando le nombraron Av Bet din de Amsterdam, utilizaron una frase del Kadish: le’ela mikol birjatá ve’shiratá”. En su protesta, el Yaabets cita las palabras deRabí Yehudá Hajasid (936), que cuenta el caso de una persona que empleó las palabras“yejí kevod Adona-i le’olam” para honrar a un conocido filántropo, diciendo que está absolutamente prohibido honrar a un ser humano con alabanzas que han sido expresadas sobre D-os. El Jidá, en referencia a un caso similar, en el que una carta enviada a un distinguido ministro decía, “él, melej, yoshev al kisé rajamim”, cuenta que el episodio le causó honda tristeza.

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