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¿Está permitido hacer saber a un padre el estado de salud (delicado) de su hijo?


Los tanaim discreparon en nuestra suguiá acerca de si la mitsvá de respetar a los padres implica mantenerlos o únicamente ocuparse de ellos (en cuyo caso la manutención correrá por cuenta de los propios padres).


En lo que respecta a la halajá el Shuljan Aruj (YO”D, 240:5) dictamina que los hijos no están obligados a mantener a los padres.


A partir de esta enseñanza, el Gaón Rabi Shimon Grinfeld (Shut Maharshag YO”D, 200) emite un fallo que responde a una interesante pregunta.


¿Se debe enviar a una nieta a que ayude a su abuela cuando también necesitan de su ayuda en casa? Ocurrió que una abuela le pidió a su hijo casado que le envíe a su nieta (es decir, la hija de este hijo casado) para que la ayude en las tareas del hogar. El hijo, consciente que también en su casa necesitaban la ayuda de su hija en las tareas domésticas, dudó si debía ceder y dejar que la niña fuera a ayudar a su abuela o no.


El Maharshag dictaminó que puesto que hemos estudiado que ya que cuando un hijo y sus padres necesitan dinero la Torá no obliga al hijo a solventar a sus padres, lo mismo valdrá para las demás necesidades. Y en nuestro caso, por lo tanto, siendo que ambos –hijo y madre– necesiten de la niña al mismo tiempo, el hombre no estará obligado a enviar a la nieta con su abuela. No obstante, sigue diciendo el Maharshag, es obvio que por midat jasidut (comportamiento ético) igual corresponde que los hijos ayuden a sus padres.


Reportar la verdad sobre el estado de salud de un hijo: Mucha gente se confronta con la delicada y dolorosa disyuntiva de un padre enfermo que desea enterarse de la situación exacta de su enfermedad. En lo que respecta a un enfermo que pide conocer su propio estado, el Gaón Rabi Moshé Fainshtein (Moriá, citado en la obra Nishmat Adam, YO”D, 333:3) escribió que no hay que detallarle la gravedad de su estado, pues se sabe que, en general, los enfermos se afectan emocionalmente cuando les revelan detalles de su dolencia, lo que rápidamente puede empeorar su estado. El Betsel Hajojmá (Shut segunda sección, 55) añade que cuando un hijo le indica al padre la gravedad de su estado le causa tristeza y transgrede la mitsvá de honrar a sus padres. Y esto es así a pesar de que nuestra suguiá indica que el padre tiene permiso de ceder a su honor. Pues ello vale solamente cuando se trata del honor del padre, pero no de su sufrimiento. Y está prohibido causar tristeza a sus padres, incluso que éstos se lo perdonen.


¿La persona debe pararse en honor a su Rav o a sus padres mientras recita las lamentaciones (kinot) de Tisheá beav? El Shevut Yaakov (Shut, primera sección, 26) fue consultado por su hijo, quien le preguntó si corresponde abstenerse de ponerse de pie en honor a los maestros mientras se recitan las lamentaciones de Tisheá beav, tal como hace quien observa los siete días de luto (quien no debe levantarse –Moed Katán, 27:b, Shuljan Aruj YO”D, 386–) o, de no ser así, si es que hay que diferenciar un “luto nuevo” que se guarda sobre alguien que acaba de fallecer, de un “luto viejo”, donde lloramos algo ocurrido hace muchos años (como hacemos por la destrucción del Templo). El Shevut Yaakov dictaminó que no hay siquiera que diferenciar entre una persona que guarda luto y otra sentada en el suelo recitando lamentaciones. Puesla persona enlutada no cumple ninguna mitsvá levantándose, debido a que la ideaque yace por detrás de esta acción es honrar y mostrar aprecio por la persona quetiene delante. Y, como fue explicado en nuestra suguiá, esta mitsvá no se aplicaestando en un baño público, siendo que no es un sitio honorable. Por lo tanto,cuando alguien se sienta para enlutarse por la destrucción del Templo, no hayninguna obligación de levantarse por su padre o su maestro, puesto

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