Anillo que se cayó de las manos de un novio emocionado
Página 6:a - “se encontraba hablando con la mujer”
En nuestra suguiá está explicado que si una pareja se encuentra conversando de sus intenciones de casarse y en determinado momento el novio le entrega un anillo a la novia, los kidushín “recaen” (jalim) inmediatamente.
Es decir, recaen incluso que al momento de dar anillo el novio no haya dicho “harei at mekudeshet...”. Esto obedece a que es claro para todos que la razón por la que le dio el anillo a la novia fue para hacer los kidushín. Y así es como decide el Shuljan Aruj (E”H 27:1).
Novio emocionado: Los poskim debatieron acerca de un interesante caso de una jupá en la que un novio emocionado pronunció las palabras “harei at...” y dejó caer el anillo del dedo, tomándole algunos minutos hasta que logró estabilizar su mano y pudo colocarle el anillo a la novia. La duda que allí surgió fue que a pesar de que en nuestras suguiá está explicado que un novio puede darle a la mujer un anillo en el curso de una conversación y ello es prueba suficiente de que se lo está dando para hacerle kidushín, no obstante, siendo que en nuestro caso hubo un lapso de tiempo superior a toj kedei dibur entre las palabras que el novio pronunció y la entrega del anillo, quizá deba entregárselo otra vez (y, obviamente, también repetir las palabras). Y esta duda surgió por la diferencia entre el caso de nuestra suguiá, donde no transcurrió tiempo entre la entrega del anillo y la frase que el novio pronunció, y nuestro caso, donde transcurrió algún tiempo y ya no podemos estar tan seguros de que el anillo fue entregado específicamente para los kidushín. (Ver Penei Moshé segunda parte, 62, y Levush Mordejay 36, que basan su duda sobre las palabras de Rashi: vehu).
La jupá constituye la mejor prueba: El autor de la obra Ketav Sofer (E”H 27:4) se hallaba involucrado en este debate y dictaminó que no hay necesidad que el novio no repita la ceremonia, ya que en nuestros tiempos la entrega del anillo se hace bajo la jupá, lo que en sí mismo ya se considera como si el novio y la novia estuvieran conversando, y que la voluntad de ambos permanece inalterable –es decir, que se quieren casar–, sumado al hecho de que el sitio donde están de pie también indica que es obvio que la entrega del anillo fue para hacer kidushín. Y esto nos libera de toda duda.El Shuljan Aruj (E’H 27:4) decreta que cuando alguien le dice a una mujer “hareiat mekudeshet” y no llega a decir la palabra “li” (a mí), la mujer no es considerada mekudeshet, ya que no precisó a quién le está haciendo kidushin. No obstante, si el hombre y la mujer estaban conversando sobre su voluntad de casarse, y en el medio de las palabras el hombre pronuncia la fórmula “harei at mekudeshet” y no dice “li”, en este caso sí está mekudeshet, pues aquí el acto de por sí demuestra la intención.
Crédito entre el novio y los testigos: En cierta ocasión, se entabló una discusión entre el novio y los testigos debajo de una jupá, la que llegó a oídos del Ketav Sofer. La discusión se desató precisamente en el momento en que el novio estaba terminando la frase harei at mekudeshet, por lo que no alcanzó a decir la palabra“li”. La duda era si tenía que volver y ser mekadesh a la mujer (según lo escrito en el Shuljan Aruj). También sobre éste tema escribió el Ketav Sofer, y dijo que dado que en nuestros días el novio le entrega el anillo a la novia debajo de la jupá, incluso en el caso que no haya dicho “li” los kidushín serán válidos, ya que el estar debajo de la jupá no es considerado menos prueba que una conversación entre una pareja que planea casarse.