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Seguimos hablando de bodas: Kidushín utilizando una versión “avanzada”


Página 5:b - “si lo dijo soy tu hombre no es porque tener ninguna duda.

Cuando un nombre mekadesh a una mujer con dinero, antes de efectuar los kidushín tiene que aclarar que su intención es de la ser mekadesh con esta moneda.

Y, efectivamente, así vemos que es la costumbre: cuando el novio le entrega el objeto a la novia, primero le dice: harei at mekudeshet li betabaat zu…, etc. Con esas palabras deja en claro que él le entrega este anillo con la intención específica de hacerle kidushín. Nuestra suguiá analiza distintas versiones de esta expresión a fin de establecer si son lo suficientemente claras. Por ejemplo, en algunos casos la guemará considera que la expresión es vaga y no se comprende si lo que el novio le dice a la mujer es “he aquí que eres especial para mí” o “me estás designada”, resultando dudoso si su intención es la de casarse con ella.

En cambio, existen otras fórmulas en las que no queda ninguna duda de que no “producen” kidushín. Un ejemplo sería que el novio le diga a la mujer: “soy tu marido”. Dicha expresión no vale, pues cuando la Torá habla de casarse dice, “y si un hombre toma a una mujer”, de lo que se desprende que el hombre es quien actúa. Pero cuando simplemente le dice, “soy tu marido”, lo único que puede entenderse es que él se “permite” ser su esposo, pero no que está realizando algún tipo de acción. Y así es como de hecho dictamina el Shuljan Aruj (EH”Z 27:3). En la actualidad hay muchos tribunales que se ocupan de esta suguiá, ya que a lo largo de los años han ido inventándose distintas fórmulas que buscan sustituir la tradicional.

En cierta ocasión ocurrió en los Estados Unidos que un Rabai reformista dirigió una jupá, tras lo que el novio desapareció sin dejar rastros. Este triste episodio llegó a oídos de los Rabinos, quienes indagaron los hechos para descubrir que en la “ceremonia” los novios intercambiaron anillos, tras lo cual cada uno declaró ante el otro: “te respetaré como a mi mismo, te amaré…”, pronunciando todo un “discurso” de tono netamente poético, pero obviando por completo la “frase clave”, harei at mekudeshet. Los poskim decidieron que los kidushín del Rabai son inválidos. El Gaón Rabí Zalman Nejamia Goldbeg Shelit’a (Kovets Diverei Mishpat séptima sección) enumera varias razones para invalidar estos kidushín. Entre ellas,que éstas cariñosas palabras que el novio y la novia intercambiaron constituyen simples declaraciones de respeto mutuo, que nada tienen que ver con los kidushín. Pues, como explicamos en nuestra suguiá, el marido debe decirle a la mujer que ella es mekdudeshet para ser su mujer. Los poskim añaden que incluso si hubiera un algo de lo que dudar, es decir, de que quizá dentro de estas palabras hubiera algún tipo de fórmula que “detona” los kidushín, de todos modos seguirán siendo inválidos,pues el marido las pronunció después de haber dado el anillo. Por lo tanto, incluso que éste hubiera dicho las “palabras mágicas” harei at mekudeshet li, no serviría denada, pues al momento de decirlas el anillo ya era de su propiedad (de ella) (Rashbá,Magid Mishné hiljot ishut 3:8). Muchos poskim y el Iguerot Moshé (tercera parte-23) también se apoyan en otras graves irregularidades para invalidar éstos kidushín, como por ejemplo que los testigos son de la misma familia y por lo tanto pesulim.

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