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¿Cuánto se resiste debajo del agua?


Página 50:a - "y a la tercera hora nos dijo, ¡ya ha subido!".


Uno de las problemas más tristes y delicados que se han producido durante nuestro largo y penoso exilio es el de "sheélat haagunot".


Ocurrió muchas veces que los maridos desaparecieron huyendo del enemigo, durante guerras, salidas al exilio, y otros eventos trágicos, por lo que los grandes poskim necesitaban establecer caso por caso, si según la halajá el marido de esta u otra mujer aún se consideraban vivos o no. Las dificultades para tomar una decisión se multiplicaban cuando había testigos de que el marido cayó al mar o se había ahogado en un río, en los casos que, a la vez, ningún testigo le había visto salir del mar o del río. Este problema tiene innumerables ramificaciones, siendo la principal la fijación del tiempo máximo que según la halajá una persona puede resistir con vida bajo el agua.La guemará en nuestra suguiá nos cuenta el caso de alguien llamado Nejunia y a quien apodaban “jofer shijin" ("cavador de pozos"). Nejunia se encargaba de cavar grandes pozos para acumular agua, a los que se acercaban para calmar su sed quienes durante las festividades subían al Bet Hamikdash. Un día la hija de Nejunia cayó en un pozo muy grande. Mucha gente fue a pedirle al gran Taná Rabí Jananiná ben Dosá que rece por su salvación.


La guemará sigue contándonos (ver Rashi) que la primera hora les dijo 'shalom', lo que significaba que a pesar de que la chica estaba en el pozo, aún seguía con vida. La segunda hora volvió a decirles lo mismo. A la tercera hora les dijo que ya ha salido del pozo. Es decir: ya ha pasado demasiado tiempo para que pueda vivir dentro del agua, y por lo tanto se ha salvado de forma milagrosa. Y así fue: la niña contó que un viejecito, ni más ni menos que Avraham avinu (ver Rashi), llegó para salvarla. Aparentemente, de esta guemará vemos que no hay que dar por hecho la muerte de una persona que está en el agua, a menos que haya estado allí tres horas... Y, efectivamente, muchos de los ajaronim (Torat Emet, 1, Eliyá Rabbá, 12) explican que el Ribash, que así lo establece (Shut 377), basa su decisión en lo dicho en esta suguiá.


En cambio el Maharit (Shut, E”H, 29) hace la pregunta obvia: ¿es posible que un ser humano pueda estar bajo el agua más de dos horas, sin oxígeno en sus pulmones? Debido a esto el Maharit escribe que cuando la guemará cuenta el tiempo que esta niña quedó en el pozo y dice, "la primera hora, la segunda hora etc.", en verdad no se está refiriendo a una hora de 60 minutos, sino que nos cuenta las veces que la gente se dirigió a Rabí Janiná para pedirle que rece, diciéndonos: "la primera vez","la segunda vez", etc.


Otra explicación que ofrece el Maharit es que es posible que la hija de Nejunia no haya caído al agua, sino que se mantenía aferrada a las rocas que forman las paredes del pozo o colocaba las manos entre sus grietas. Pues, efectivamente, de haber estado dentro del agua, no habría resistido mucho tiempo.


¿Cuánto dura "una hora"? El Maharit recurre a una prueba formidable para demostrar su teoría de que no hay ninguna obligación de definir una hora (shaá)como un lapso de tiempo que dura la vigésimo cuarta parte de un día. Ya que en la mishná (Sotá, 9:b) está escrito que Miriam esperó una shaá a Moshé mientras éste flotaba en el río, gracias a lo cual mereció la recompensa de que el pueblo de Israel la espere siete días cuando fue castigada con la lepra. A su vez, en la Toseftá (Sotá, primer párrafo, 4) está escrito que hay un principio según el cual cuando la Torá suministra una medida para algo no-bueno, en un caso que eso mismo sea para algo bueno, la medida se multiplica en 500 (ver la Toseftá allí). Según esto, un simple cálculo nos muestra que el pueblo judío debería haber esperado a Miriam 500 horas (ya que ella esperó a Moshé Rabenu "una hora"). Sin embargo sabemos que el pueblo de Israel la esperó únicamente siete días, o sea, 168 horas. De aquí se puede probar que el término shaá también sirve para referirse a un lapso de tiempo no definido.


No obstante, Rabí Akiva Iguer (Shut, tanyana 47) escribe que no se debe tomar a la ligera la opinión del Ribash, por lo que hay que atenerse al sentido simple de sus palabras y decir que sólo después de pasadas tres horas que la persona estuvo en el agua podemos establecer legalmente que ya no sigue con vida.

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