La corona de la Torá está reservada para quien la merece
Páginas 76:b - "todos los cargos, cualquiera que sea, has de encargarlos a tus hermanos".
Como es sabido Shemaiá y Avtalión fueron el cuarto par (zug) que presidió el Sanhedrin durante la época de los Jashmonaim, al comienzo del período de Hordus. Ocuparon altísimos cargos: Shemaia como presidente y Avtalión como jefe de la corte (Avot, 1:10, y Jaguigá, 16:b). La gente que vivía en esa época atesoraba sus dichos y sus disertaciones, como nos cuenta la guemará (Pesajím, 70:b), donde esta dicho que eran grandes sabios y magníficos oradores. Asimismo Hilel no se perdía sus enseñanzas, quien para poder oírlos subía al tejado del bet hamiderash en el que éstos enseñaban, en pleno invierno nevado, lo que significaba un verdadero riesgo de vida (Yoma 35:b).
En nuestra suguiá está explicado que no hay que designar a conversos ni a hijos de conversos para puestos de poder, ya que el versículo dice (Devarim 17:15), “y nombrarás para ti un rey que venga de entre tus hermanos”. Y así dictaminó el Rámbam (hiljot melajim,1:,4). El Sifté Kohanim (citado en Meam loez, Devarim) explica que quien ejerce un cargo de responsabilidad y autoridad debe establecer el orden y guiar a sus subordinados. Y la naturaleza del mundo es que la gente obedezca más fácilmente a un líder que creció entre ellos y que siempre formó parte de su pueblo (ver en el Jinuj, mitsvá 497). Y, siendo así,muchos comentaristas se extrañaron de que a Shemaia y Avtalión les hayan asignado cargos tan elevados, por tratarse de descendientes de conversos (el tratado de Guitin,cuenta que Shemaia y Avtalion eran hijos de Sanjeriv).
El Nodaa Bi’huda (Doresh Mitsiyón, hacia el final del derush 3) explica que si bien cierto que Shemaia y Avtalión eran descendientes de Sanjeriv, no obstante sus madres eran judías. Y nuestra suguiá explica claramente que la prohibición de asignarle puestos de poder a hijos de conversos se aplica únicamente cuando ambos progenitores eran conversos. Pero no si la madre era judía, como en nuestro caso.
El Jemdat Israel (Kuntras Ner Mitsvá, letra 89, según lo explicado por el Semag) nos ofrece otra respuesta y nos dice que si el converso es una luminaria en Torá y no hay nadie que le iguale dentro del pueblo judío, sí puede ser nombrado para puestos de poder. Ya que únicamente si hay otros de su talla y a él lo nombran para un puesto de poder, es que se considera que ha existido nominación. Pero cuando él es el más grande de su generación, entonces “no nosotros le nombramos; pues la corona de la Torá pertenece al más grande de su generación; y esta corona, por lo tanto, es suya, por ley; y no necesita ninguna nominación”. Y, como sabemos, éste era el caso de Shemaia y Avtalión.