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Venta de frutas de sheviít

Página 58:a - Sehviít tofeset dameha - “una fruta del séptimo año traspasa su kedushá al dinero pagado para adquirirla”.


Nuestra suguiá explica que el dinero usado para comprar una fruta con kedushá sheviít queda santificado. Y tal como un fruto de sheviít exige un trato específico en virtud de la kedushá que hay en él, lo mismo se aplica al dinero, el que de ahora en adelante tendrá status de demei sheviít. Y, siendo así, lo único que está permitido hacer con ese dinero será adquirir alimentos, y su kedushá pasará (automáticamente) a los mismos. Es decir, un dinero empleado para la compra de frutos de sheviít puede ser “liberado” de su kedushá (lifdot), traspasándola a un fruto (Rámbam, hiljot shemitá ve’yovel, 6:7).


En la práctica ésta halajá nos sirve con frecuencia y en diversas situaciones. El ejemplo más simple es cuando una persona tiene frutos de sheviít y desea venderle una parte a su compañero. El Rámbam (Ibíd.-1) dictaminó que esta venta no está prohibida, ya que la prohibición de vender frutos de sheviít rige únicamente cuando uno negocia con esas frutas. Pero se permite vender una pequeña cantidad. De todos modos, el dinero pagado por estos frutos recibe la kedusha de sheviít.


¿Y por qué no paralizamos el mercado? Dado que la kedushá de los frutos de sheviít es perpetua (incluso que se los venda muchas veces), los poskim se hicieron la siguiente pregunta: ¿por qué en Israel se permite utilizar monedas y billetes de banco en el año de shemitá y durante el que le sigue? La pregunta viene por el hecho de que, desafortunadamente, quienes no observan la Torá y las mitsvot comercian con los frutos de la shemitá, de lo que resulta que el dinero que reciben tiene kedushat sheviít. ¡Y deberíamos temer, por lo tanto, de cualquier efectivo que pase por nuestras manos, de que quizá haya servido como pago por frutos de sheviít!


Los poskim que tratan este problema explican que puesto que la mayoría de los pagos del mercado comercial no son en efectivo sino por medio de créditos, la mayoría de los billetes que maneja el público no tienen status de kedushat sheviít.


Por lo tanto, no hay razón de temer por cada moneda o billete que pasa por nuestras manos y sospechar de que quizá provenga de una transacción efectuada con frutos de sheviít (ver Jazon Ish, sheviít, 160:17 y Minjat Yitsejak, sexto volumen, 129).


Cómo definir el vuelto dado por un vendedor: El Gaón Rabí Shelomó Zalman Oyerbaj Zts”l, (Shut Minejat Shelomó, primer volumen, 45) aborda el tema desde otra perspectiva: Cuando una persona adquiere algo en una tienda donde no se respeta la kedushá de sheviít y donde, entre otras cosas venden frutas del séptimo año, a priori diríamos que el vuelto que recibe el comprador tiene status de kedushat sheviít. ¿Por qué? Porque una parte del dinero que el vendedor tiene en la caja le fue pagado por algún cliente que le compró frutos de sheviít! No obstante, Rabí Shelomó Zalman nos dice que aquí no hay lo que temer, basándose en el siguiente argumento: cuando un comprador le da un billete al vendedor y recibe vuelto, lo que en realidad ocurre no es sino un mero intercambio de billetes o monedas, por lo que la kedushá alojada en el billete del vendedor automáticamente se traspasa al dinero que el vendedor recibe del cliente. En consecuencia, el dinero (o las monedas) que quedan en manos del cliente se consideran libres de kedushá de sheviít.